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domingo, 23 de marzo de 2014

¡Quiero ser Feliz!


Martha Salim Naime, en su artículo ¡Quiero ser feliz!, publicado en http://www.sexenio.com.mx, nos manifiesta los aspectos a tener en cuenta en el camino de la felicidad.

¿Existe una receta para ser feliz?
No hay solo una forma de ser feliz. Serlo o ser más felices de lo que ya somos es uno de los más grandes anhelos del ser humano. Si bien la literatura contemporánea ofrece recetas para serlo, no existe una que sea universal. Dado que somos individuos con personalidad, circunstancias y necesidades propias, cada uno define lo que le proporciona o incrementa su felicidad.

¿Qué considera la felicidad?
La felicidad tiene como común denominadores  al gozo y la paz interior. El gozo proviene de la plenitud de una vida lograda, de un planteamiento de metas y objetivos alcanzados. La paz interior “se puede comparar a la corriente de un río. Cuando sopla un viento fuerte, la superficie del agua se encrespa y se agita, pero por debajo, las aguas profundas discurren tranquilamente hacia el mar” como lo explica el Cardenal Francés Paul Poupard.

Beneficios de la Felicidad
Del segundo estudio de la ONU (2013), y del Informe Mundial sobre la Felicidad, publicado por la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (SDSN), se desprenden como efectos secundarios y como beneficio de la felicidad, que las personas que son o se dicen felices, viven más tiempo, resultan ser más productivas, ganan más y son mejores ciudadanos.

¿Qué se requiere para ser feliz?
“Pero no basta con querer ser feliz: es preciso aprender a serlo. De lo contrario, se corre el riesgo de no acertar, por no tener en cuenta los diversos elementos que intervienen en esta conquista” afirma Monseñor Francisco Ugarte Corcuera.

Ser feliz requiere un quehacer concreto, llegar a la felicidad no es un camino fácil de andar en primer lugar, porque cometerse el error de buscarla donde no está.

Si nos proponemos la felicidad como una meta en la vida, encontraremos que ésta llega como consecuencia de nuestras acciones, por lo tanto éstas nos irán marcando el rumbo para buscarla donde realmente la podamos encontrar.

Los obstáculos a vencer
Como en todo camino, hay obstáculos a vencer. El resentimiento y la envidia interfieren en nuestro camino a la felicidad. El volver a sentir de manera constante y continua es como tomarse un veneno y esperar que muera aquel que nos ha ofendido.  El enojo y el dolor por una acción del pasado en uno de los mayores retos a vencer en el camino a la felicidad.
La envidia nos hace ver las cosas de manera distorsionada. El sentir dolor por los bienes de otras personas nos paraliza e impiden que centremos nuestra atención en lo que tenemos, ya sea que se trate de cosas materiales, oportunidades o algo tan personal como cualidades o virtudes. Identificar las causas del resentimiento o la envidia y evitarlas es un gran paso en el camino a la felicidad.

Lo que favorece la felicidad
Por otro lado, la gratitud y el optimismo son actitudes y disposiciones que favorecen la felicidad. Dar las gracias por los favores o servicios recibidos nos  permite reconocer en otras personas la generosidad con que lo hacen y nos benefician y nos disponen a querer actuar de manera similar. Los pensamientos positivos son fuente de optimismo. ¡Es tan sencillo cambiar de pensamientos negativos a positivos! El primer paso es querer hacerlo.

¿Quién es responsable de la Felicidad?
Somos responsables de nuestra propia felicidad. Inclusive en las situaciones difíciles y dolorosas de la vida, cuando aprendemos a sobrellevarlas y a darle un sentido, lejos de producir infelicidad, nos brindan gozo y paz interior: fuentes de la felicidad.

Los cuidados con el bienestar
El bienestar por sí mismo, no produce la felicidad, pero es fuente de la misma. El tener casa, comida, compañía, los servicios necesarios, en forma moderada aumenta nuestra calidad de vida. Sin embargo, un exceso de bienestar, muchas veces fruto de la envidia,  nos mueve a tener más que los demás; a poner más atención en lo que nos falta que en lo que tenemos  y nos olvidamos de ser agradecidos. 

El Camino de la Felicidad
La felicidad no puede reducirse al placer o a la alegría ni a gratificaciones esporádicas. Es una realidad más profunda, por lo tanto no resulta fácil de alcanzar. Muchos renuncian antes de alcanzarla por no obtener lo que desean o porque no la encuentran por buscar donde no encontrarán.

Dado que no existe un camino a la felicidad, quienes han encontrado el suyo, saben que es un estado interior permanente, que no se trata solo de aciertos en la vida o carencia de sufrimientos; que aprender de los errores y darle sentido a cada uno de los acontecimientos  los convierte en una experiencia de vida que brinda como consecuencia la meta máxima en la existencia: ¡ser feliz!

Referencia:
-      Citado en: Martha Salim Naime, “¡Quiero ser feliz!”, http://www.sexenio.com.mx/columna.php?id=7178,  16 Marzo 2014.
-      Imagen obtenida de: http://www.desmotivar.com/carteles/felicidad/?pagina=74, 23 Marzo 2014.

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